El tabaco provoca cerca de 52.000 muertes anuales por bronquitis crónica, el enfisema pulmonar y el cáncer de pulmón y faringe. Por si esto fuera poco, es también es el factor de riesgo cardiovascular más importante, ya que la incidencia de la patología coronaria en los fumadores es tres veces mayor que en el resto de la población.
Fumar apenas un cigarrillo al día lleva aparejado un riesgo de enfermedad coronaria o ictus mucho mayor del esperado: aproximadamente la mitad del riesgo de los fumadores de 20 cigarrillos al día. No hay un nivel seguro de tabaquismo para la enfermedad cardiovascular. Los fumadores deberían intentar eliminar del todo el hábito, en lugar de disminuir el consumo para reducir el riesgo.
Hay dos factores por los que el tabaco puede producir una isquemia coronaria:
Nicotina. Desencadena la liberación de las catecolaminas (adrenalina y noradrenalina) que producen daño en la pared interna de las arterias (endotelio), aumenta el tono coronario con espasmo, produce alteraciones de la coagulación, incrementa los niveles de LDL (colesterol malo) y reduce los de HDL (colesterol bueno). La concentración de nicotina en sangre depende más del grado de inhalación que del contenido de nicotina del propio cigarro
Monóxido de carbono. Disminuye el aporte de oxígeno al miocardio y aumenta el colesterol y la agregabilidad plaquetaria (su capacidad de unirse y formar coágulos)
¿Por qué dejar de fumar?
Mejora la respiración y te cansas menos
Disminuye la predisposición a toser y contraer infecciones
La piel y el rostro se recuperan del envejecimiento prematuro
Recupera el sentido de gusto y olfato
El deterioro de la función pulmonar se ralentiza
Reduce la tasa de reinfarto y muerte súbita en un 20-50 por ciento
Un año después de dejar de fumar el riesgo de infarto de miocardio se reduce a la mitad
Fases de abandono del tabaco
Dejar de fumar es un proceso de varias etapas:
Precontemplación. Tienes intención de dejar de fumar en el futuro.
Contemplación. Piensas dejar de fumar en los próximos seis meses, aunque dudas de tu capacidad para conseguirlo.
Preparación. Has pensado un plan de acción para dejar el tabaco el próximo mes. De hecho, ya estás intentando fumar menos.
Acción. Has dejado de fumar totalmente en los últimos seis meses.
Mantenimiento. Ya no tienes que realizar tantos esfuerzos para evitar la recaída. Este periodo abarca entre los seis meses y los cinco años desde el abandono del consumo.
Recaída. La mayoría de los ex fumadores ha recaído alguna vez. ¡Recaer no implica fracasar! El mayor peligro es no intentarlo nunca.
Finalización. Desaparece el deseo de fumar y no temes una recaída.
Estrategias para dejar de fumar
Lo fundamental es querer dejar de fumar, aunque hayas realizado intentos fallidos previos. Estos consejos te ayudarán a conseguirlo:
Fija una fecha para dejarlo en los próximos 15 días.
Redacta una lista de motivos para abandonar el tabaco.
Enumera los cigarrillos que fumas por inercia al cabo del día.
Deshazte de cajetillas, encendedores y ceniceros en tu casa, el coche y el trabajo.
Practica pequeños ensayos de abstinencia.
Busca aliados entre tus familiares y amigos.
Recuerda que los síntomas (inquietud, ansiedad, irritabilidad, trastornos del sueño, falta de concentración, aumento del apetito, deseo imperioso de fumar…), por intensos que parezcan, siempre son pasajeros.
Cuando llegue el día elegido, la supresión del tabaco será total. Evita las situaciones que solían traer implícito un cigarrillo, come abundante fruta, haz más ejercicio, ten a mano caramelos sin azúcar, rodéate de personas que te pueden ayudar… Y recuerda:
¡Cada hora que pasas sin fumar es un éxito absoluto!
Comments